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Arda Güler y Kenan Yildiz: dos estrellas en el cielo de Turquía

Con tan sólo 19 años, ambos atacantes exhiben un talento excepcional y son referencias en su selección, que busca alcanzar los octavos de final gracias a su juventud

Arda Güler celebra su gol con Turquía en el duelo inaugural de la Eurocopa 2024 contra Georgia
Arda Güler celebra su gol con Turquía en el duelo inaugural de la Eurocopa 2024 contra Georgia

En la Eurocopa 2024 soplan vientos de cambio. Está siendo un torneo de despedidas, pero también de caras nuevas que brillan con ilusión. Caras de niños a los que aún no les ha crecido la barba, que miran a las gradas con incredulidad y a los rivales con descaro. Porque sin una pizca de descaro es difícil que jugadores que apenas alcanzan la veintena puedan hacerse valer en una competición centenaria. Alemania tiene a Musiala y a Wirtz, España tiene a Lamine Yamal y Nico Williams, Italia tiene a Calafiori, y Turquía parece estar bordando dos estrellas en su bandera. Sus nombres: Arda Güler y Kenan Yildiz. 

Ambos nacieron en 2005; Güler, en Ankara, y Yildiz, en Ratisbona, Alemania, aunque es de padre turco. Los dos fueron convocados por primera vez en 2021 con el combinado nacional sub-17 y, este verano, están llamados a ser piezas clave de una selección absoluta muy joven que podría manifestarse como una de las revelaciones del torneo. En un grupo con Portugal, República Checa y Georgia, los otomanos son candidatos claros a pasar a los octavos de final, algo que no lograron en las dos últimas Eurocopas. Arropado por los tres millones de turcos residentes en Alemania, el conjunto juega prácticamente en casa.

HIJO DE YOUTUBE

Kenan Yildiz, de madre alemana y criado en Alemania, adquirió sus primeras nociones de fútbol gracias a su padre y a unos tutoriales de YouTube. Su progenitor, Engin Yildiz, creció en un pequeño pueblo de Turquía en el que no llegó a patear nunca un balón, pero cuando vio que a su hijo le gustaba el deporte, decidió ayudarle a entrenar. Se puso a ver partidos y vídeos en internet, y le transmitió lo aprendido al pequeño Kenan. Puede que fuera un método poco ortodoxo, pero dio resultado: con siete años, el niño entró en la academia del Bayern y, a los diez, firmó su primer contrato con Adidas. Sin duda, algo de talento tendría.

El Bayern lo vio crecer hasta 2022, pero acabó perdiendo a la joven promesa. Según el club, su marcha se debió a cuestiones económicas. Sin embargo, Yildiz explicó que consideraba que su futuro estaba en Italia, concretamente en la Juventus. Se fue libre, y es probable que algún que otro directivo del conjunto alemán se esté tirando de los pelos viendo la trayectoria que está teniendo el internacional turco. En la ‘Vecchia Signora’, el atacante ha completado una temporada muy exitosa a nivel individual gracias a su calidad, pero también a su dedicación. Tras su debut en el primer partido del curso, Allegri, tosco como de costumbre, señaló: “Tiene que cortarse el pelo. Se lo ha tocado cien veces, así que mañana se lo tiene que cortar. Luego ya veremos”. Al día siguiente, el futbolista apareció con la melena recortada. En la celebración de su primer gol sacó la lengua imitando a Alessandro del Piero, leyenda del club turinés. Así, se labró la confianza del técnico y el cariño de la afición. El chaval sabe ganarse a la gente.

Yildiz destaca por su rapidez, su verticalidad y su capacidad regateadora. Es diestro, pero también hace buen uso de la pierna izquierda, lo que lo convierte en un rival difícil de predecir. Es un delantero moderno

Sobre el verde, destaca por su rapidez, su verticalidad y su capacidad regateadora. Es diestro, pero también hace buen uso de la pierna izquierda, lo que lo convierte en un rival difícil de predecir. Yildiz es un delantero moderno. Prefiere la banda, pero es capaz de adaptarse, y también puede jugar de mediapunta. Pese a tener sólo 19 años, su físico le permite competir en la élite con jugadores mayores y enfrentarse a los robustos defensas de la liga italiana. Aun así, la selección alemana nunca mostró interés por el chico. Pero el año pasado se acordaron de él cuando marcó su primer gol internacional, justamente contra Alemania, en un amistoso que los otomanos ganaron por 2-3. Además, fue un golazo: un disparo potente que se estrelló contra el larguero y el palo antes de entrar en la portería. Parecía una carcajada en la cara de los que no lo tuvieron en cuenta. 

EL NIÑO PRODIGIO

Arda Güler es el segundo niño prodigio de esta selección turca. Igual que Yildiz, tiene 19 años y es un futbolista ofensivo que disfruta mareando a los defensas rivales. Sin embargo, ha tenido una trayectoria un tanto diferente a la de su compañero. Tras triunfar en el Fenerbahçe, el verano pasado llegó al Real Madrid como uno de los fichajes más ilusionantes del mercado. Lamentablemente, las lesiones lo mantuvieron apartado de los terrenos de juego durante gran parte de la temporada, cosa que generó dudas en el entorno blanco y encendió las alarmas de su conjunto nacional. Pero, como si oliera que se acercaba una Eurocopa, Güler se recuperó y empezó a aprovechar los minutos que Ancelotti le daba en Liga. Y vaya si los aprovechó: en diez partidos disputados, sus seis tiros a puerta acabaron en seis goles. Al finalizar el curso estaba claro que el chico no tendría vacaciones, sino que viajaría a Alemania. 

Güler es un regateador nato, un artista que necesita libertad de movimiento y que disfruta con el balón en los pies. Su gran visión de juego y su comprensión del espacio le permiten decidir acertadamente, incluso bajo presión rival

Güler resulta aún más impredecible que Yildiz. Es un regateador nato, un artista que necesita libertad de movimiento y que disfruta con el balón en los pies. Su gran visión de juego y su comprensión del espacio le permiten decidir acertadamente, incluso bajo presión rival. En un Real Madrid lleno de estrellas, de momento el joven es un engranaje más de una maquinaria altamente efectiva. Con Turquía, sin embargo, está llamado a ser un punto de referencia. En su primer partido de la Eurocopa, contra Georgia, una oda al fútbol anárquico que acabó con victoria otomana por 3-1, Güler firmó el 2-1 pese a encontrarse algo perdido durante la primera parte. Es posible que de vez en cuando desaparezca momentáneamente, por lesión o por la impredecibilidad del balompié, pero finalmente se asegura que la gente acabe hablando de él. En el momento decisivo, la clava. Una cualidad sorprendente en un futbolista tan novato.

Tanto al chaval que aprendió con tutoriales como al niño que siempre reaparece les queda aún mucho camino por recorrer. Pero, con la ayuda de futbolistas curtidos como Hakan Çalhanoglu, su actuación este verano podría acabar siendo memorable. Güler, turco, y Yildiz, turcoalemán, representan tanto a los compatriotas en casa como a aquellos migrados a Alemania que convierten a su selección en la anfitriona escondida del torneo. Se dice que las competiciones del calibre de una Eurocopa exigen veteranía y experiencia, pero la dupla de estrellas en el cielo de la luna menguante viene a traer un descaro, una ambición y unos regates que son pinceladas de una nueva Turquía.


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Fotografía de Getty Images.