Ha llegado el momento de ponerle algo de picante a los premios futbolísticos en España. Si en Hollywood se entregan los Razzie y en el calcio se reparte el Bidone d’Oro, ¿por qué el fútbol ibérico no habría de tolerar una mirada ácida? No se trata de colgarle la etiqueta de bluf a nadie, ni de denostar una carrera en declive, ni siquiera de regodearse en un año decepcionante: simplemente destacamos aquí algunas acciones que sus protagonistas tal vez preferirían olvidar y que al resto nos arrancaron alguna carcajada inofensiva. Aquí van los errores para que juzguen (y voten) ustedes mismos.

What are you doing?

Hemos escuchado mil veces eso de que en un partido se te disparan las pulsaciones y no tienes ojos para nada más que lo que está en juego sobre el terreno de juego. Lo que no habíamos descubierto todavía era que un futbolista podía perder la noción del tiempo y el espacio hasta el punto de no saber ni siquiera cuál es su equipo y cuál el contrario. Algo de ese estilo le sucedió al pobre William Akio, jugador del Valour FC de la Canadian Premier League, al que se le cruzaron los cables durante un segundo para el olvido. Después de una buena incursión por la banda, su conjunto estaba a un solo paso de abrir el marcador, pero cuando a Alessandro Riggi ya casi le habían apuntado el tanto, apareció Akio para ‘rechazar’ el cuero y evitar que superara la línea. «What are you doing?«, se puede leer en los labios de Riggi, todavía en shock. Nosotros todavía nos lo estamos preguntando.

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El (casi) gol de la victoria

Minuto 71 de encuentro. Celtic de Glasgow y Shakhtar Donetsk empatan a uno en casa del primero en un encuentro correspondiente a la fase de grupos de la presente edición de la Champions League. En esas que, de repente, se abre una grieta de esperanza para los ucranianos: contraataque claro con la mayoría de los zagueros del rival vendidos. Todos creen que ha llegado el momento de romper la igualada y firmar el gol de la victoria. Nadie lo duda. Nadie, excepto Danylo Sikan, al que se le apagan las luces cuando ya solo tiene que empujar el balón a la red. El cuero se pierde milagrosamente por un lado del palo y el partido, unos cuantos minutos después, termina en tablas. Ver para creer.

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Segundas partes nunca fueron buenas

Wendie Renard ha sido siete veces campeona de Europa, tiene más ligas francesas que Kylian Mbappé y ha sido incluida en numerosas ocasiones en el Mejor Once del mundo. La carrera de la defensa del Olympique de Lyon, a sus 32 años, es para enmarcar. Una leyenda. Cualquiera diría que después de todo lo recorrido, y de cosechar tantos éxitos en la élite, podría seguir dudando sobre el césped. Pero nadie está a salvo de las inclemencias del fútbol. A la capitana de la selección francesa, en un encuentro contra Bélgica de la Euro 2022, los nervios le jugaron una mala pasada. Dos, mejor dicho. Si no es suficiente con que te paren un penalti, imagínate si el rebote te favorece, lo tienes todo a favor para redimirte y tu disparo a bocajarro sale desviado. ¡Tierra, trágame!

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Cuando ganas pero también pierdes

La plantilla de la selección de Indonesia no podía estar más contenta cuando terminó su enfrentamiento con Brunéi en el Campeonato AFF, disputado en diciembre. Habían tumbado al rival con una de esas goleadas que se te quedan marcadas en la memoria: 7-0. Pero es bastante probable que uno de los integrantes del equipo ganador vaya a recordar durante mucho tiempo esa fecha por otro motivo, digamos, menos generoso. Nos referimos al delantero indonesio que, en la segunda parte, falló el gol más sencillo de marcar de su vida. Tras un centro raso al área que dejó fuera de combate a los futbolistas y al portero de Brunéi, el tipo solo tenía que dejar el pie quieto para que el cuero rebotara en él y se fuera para dentro. Pero se lo ocurrió moverlo, y la cosa acabó como acabó. Los comentaristas del partido no daban crédito en la grada. Nosotros tampoco. 

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